Barcelona tendrá 46 pisos sociales construidos con madera. Estarán en el recinto industrial de la antigua Fabra i Coats, en el distrito de Sant Andreu, y se construirán dentro de una de las naves, la que se utilizó como almacén, en la calle de Parellada.
No serán los primeros pisos de madera de la ciudad. Hace un año que este material ha comenzado a entrar en la ciudad, donde desde el pasado verano hay una unifamiliar de cinco alturas en Gracia, un edificio de pisos turísticos en el Poble-sec, un equipamiento municipal y otros dos proyectos en marcha: uno es un edificio plurifamiliar de cuatro viviendas en Sants y el otro, la cooperativa de viviendas en cesión de uso sobre suelo municipal de Can Batlló: el proyecto La Borda, de 28 pisos.
Fabra i coats.
Los pisos sociales de la Fabra i Coats los impulsa el Patronato Municipal de la Vivienda y los firma el despacho de arquitectos Roldán-Berengué. El primer proyecto para este espacio era de 2008, la inclusión en la nave de un espacio para la Colla Jove de los Castellers de Barcelona obligó a los arquitectos a cambiar los planos iniciales. Fue entonces cuando decidieron apostar por la madera. “Queríamos tocar lo mínimo el edificio existente y estudiamos el sistema más ligero, además de que nos interesa su origen orgánico y la eficiencia energética que aporta”, cuenta Mercè Berengué.
Los pisos se ubicarán dentro de la nave en cuatro alturas diferentes y darán a las dos fachadas, aunque no llegarán a tocarlas, para facilitar el proyecto y mejorar el aislamiento de los pisos. Berengué también explica que al tratarse de un edificio catalogado, si alguna vez “se decidiera desmontar las viviendas, sería mucho menos complejo”. El concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, confirma que las obras arrancarán en septiembre de 2016.

La Borda, en Can Batlló


El primer edificio en altura de Barcelona fue la casa de Vallcarca, propiedad de una pareja de empresarios. “Por el mismo precio tienes mejores prestaciones y un aislamiento mucho mejor que permite ahorrar mucho en las facturas”, cuenta el propietario, que prefiere que no figure su nombre. La cimentación de la casa es de hormigón y es de madera desde la planta baja.
La vivienda  creada en 2010, justo cuando Europa reguló sobre el consumo energético de la industria y la construcción. La firma ha levantado un centenar de unifamiliares y ahora ha entrado en las ciudades. “Rapidez, control de costes, bajo consumo, un confort técnico y salud” son las claves de la construcción en madera, dice Llinares, que precisa que estas viviendas son “un 10% más costosas”.
En Sants, el promotor Ariel Bercovich promueve cuatro viviendas de madera en una obra de rehabilitación que mantendrá la fachada. “Es rápido, ligero, más sostenible, técnicamente tiene numerosas ventajas respecto a la construcción tradicional”, afirma del proyecto que firma el arquitecto Pau Benach. “Siempre es más cómodo hacer lo tradicional, toda innovación conlleva una forma distinta de hacer. Exige amplitud de miras”, concluye sobre su apuesta.

10:00- 29, Junio 2016- por admin

Info: El Pais.